miércoles, 7 de diciembre de 2016

Mandrágora, 1948

Pese a lo mucho que intentamos abarcar en este espacio de informaciones surrealistas, muchas veces nos llegan las noticias con retraso, o hay publicaciones que no obtenemos por su dificultad o por no parecernos de especial relevancia. En el caso que hoy nos ocupa, un pequeño cuaderno que no llega a las 50 páginas y que nos pasó desapercibido (solo nos hicimos eco en su día de la exposición a la que acompañaba), resulta poseer una importancia excepcional. Ofrecido generosamente por uno de los componentes del grupo Derrame, aporta material de la máxima relevancia sobre la legendaria exposición surrealista de Santiago de Chile en 1948, que fue la octava exposición internacional del movimiento surrealista.
Esta publicación apareció a mitad del año 2013 y arroja plena luz sobre la muy brumosa exposición de la Galería Dédalo, introduciéndose en algunos de los recovecos más secretos del surrealismo chileno. Se perdonan incluso algunos disparates del envolvente aparato crítico (Los vasos comunicantes como libro de poemas escrito por Breton y Éluard), así como las repeticiones a lo papagayo de las inenarrables sandeces feministas sobre el surrealismo y de las abyecciones del canon antibretoniano.
La lista de las obras presentes en la exposición es la primera vez que yo la veo, y hay muchas fotos, así como la reproducción de un revelador artículo de prensa, aunque este haya sido tomado del sitio Breton. En el montaje de la exposición hasta se anticipa la exposición E.r.o.s. que tendría lugar en París diez años después. Se cita también ampliamente una carta capital de Jorge Cáceres a Breton, donde entre otras cosas le da cuenta de las actividades de Matta, entonces en plena euforia estalinista (nunca es que fueran a mejorar mucho sus simpatías autoritarias) y llamando al partido comunista “el más revolucionario de los partidos”.
Las piezas más interesantes de la exposición de 2013 proceden del fondo de Braulio Arenas, hoy casi todo en el Museo Nacional de Bellas Artes. Y parte de ellas habían sido expuestas en el 48. Hay piezas de Arenas, Cáceres, Arp, Brauner, Leonora, Domínguez, Gorky, Hérold, Lam, Magritte, Novarina, Tanguy, Toyen... De Hérold, un gran amigo de los chilenos, está El huevo de los filósofos, exhibido en 1948, y el dibujo que ilustró la portada de El pensamiento transmitido de Arenas. Pero quizás lo más sorprendente sean los dos dibujos de Breton expuestos en Santiago, ya que no están incluidos en la recopilación de Je vois, j’imagine; el primero de ellos, titulado Llegada del hada en el temblor de tierra, al parecer hecho con la mano izquierda, recuerda los que en Je vois, j’imagine aparecen en las páginas 86 y 87, dedicados en 1937 a Jacqueline (y conectados a su vez a los de las páginas 177 y 181).
El catálogo lleva a cabo una reivindicación de una secreta figura chilena: Haroldo Donoso, quien no perteneció al grupo pero estuvo a cierta cercanía del surrealismo. El hecho más sobresaliente –muy sobresaliente– es que Haroldo Donoso expuso en 1950 en Madrid (galería Clan) y 1951 en París (librería Paul Morihien) una serie de pinturas, dibujos y collages ilustrando nada menos que L’union libre. Añadamos que en la propia exposición de 1948 uno de los maniquíes llevaba inscritos en su cuerpo versos de este poema. Y que en 1965 incluiría Ludwig Zeller estas bellas piezas de Donoso dentro de una retrospectiva que le organizó.
No me extiendo en mis comentarios, ni acompaño esta nota de otras ilustraciones que la cubierta, ya que, y aquí viene lo mejor, el catálogo está íntegramente reproducido como pdf en la página del Museo chileno, y además a todo color y muy enriquecido con respecto a la publicación: